UN HOMBRE...

Se han quebrado todos mis sueños. Renuncié a ellos. No por cobarde o falto de ilusión, no porque haya declinado a la vida o me resigne a la derrota y la mediocridad; sino porque ya no forman parte de mí.
Aprendí a callar y a doblegarme como la espiga al viento. Aprendí a esperar, a elegir el momento, a olvidarme de mi cuando estoy a tu lado. A verme y con ello ver a la sociedad. No la juzgo, sé que es mi reflejo.
Soy un hombre moldeado por las vicisitudes de la vida. Forjado a fuerza de gastar y desgastar los relieves dominantes y presuntuosos de mi naturaleza.
Ya no busco ser reconocido, ni recordado por el nombre, un adjetivo o un gentilicio; ni busco seguridad en grupos de gente que haga lo mismo que yo. Ya ni siquiera escribo en verso, evito las formas vertiginosas. Prefiero recostarme bajo un árbol dentro de una prosa -mimetizado en las formas habituales. No divulgo ni publico mis méritos, ni son el amalgama de mis conversaciones o las escusas de mis relaciones… de lejos me contempla “la imagen” del hombre que quisieron hacer de mí.
Evito competir o concursar porque no aspiro a ganar, ni que repitan mi nombre unos desconocidos, ni que se vuelvan gordas mis palabras en un libro. En realidad vivo entre las tensiones de varias culturas, como la mayoría, sino todas las personas del planeta. Soy un verdadero representante de la masa. Soy lo que se dice: el granito de arena. Lo insignificante: soy la nada.
Cuando llegué al planeta casi nadie lo supo, y gracias a que después de un tiempo reconocí que cada momento debía ser vivido subyugado al momento en que deberé partir, es que no necesito ni deseo ni pretendo que nada de lo que soy en el mundo palpable, trascienda mi bella muerte -cuando ésta llegue.
Aprendí a desaparecer. A dejarme ser feliz, sin pretensiones externas, sin proyecciones futuras, sin esperanzas siquiera. Me bastan la vida y el momento presente, cuando fundido en el todo, me descubro en él, con el esplendor y la gratitud de mi absoluta nadidad. Y así descubro que soy simplemente Un Hombre Común.