“Les Labyrinthe des Roses.”
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Jean Arz
Mademoiselle_Mysterio
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“Les Labyrinthe des Roses.”
Hola! Esta es mi primera novela que publico en el foro.
El genero es una mezcla de suspenso y drama al mismo tiempo.
Espero que sea de su agrado el leerla, tanto como fue para mí el escribirla.
Su nombre es "El Laberinto de las rosas."
Trata de una chica desubicada de nombre Caroline, cuya despreocupada madre la mete a un antiguo internado francés para señoritas con el fin de que no le cause más problemas. En dicho internado suceden cosas que no deberían. Desde la inapropiada crueldad de los castigos con los que son sometidas las alumnas, hasta sucesos paranormales que envuelven en misterio al "Laberinto de las rosas."
Caroline tendrá que lidear con su obseción por una compañera de clase.
Y con un romance enfermizo y violento con un profesor, quien abusa sexualmente de ella.
La chica termina asesinando al profesor por que descubre las malas intenciones que tiene con su amada Florence.
Bueno pues aquí se les dejo los primeros cuatro capitulos. Nos seguimos viendo.
Hasta pronto!
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“LE LABYRINTHE DES ROSES.” -(Une fuite inespérée/Una Fuga inesperada.)
-“Corre más rápido! Date prisa!”-Le grite desesperada jalándola de la mano. Habíamos Llegado hasta la pequeña verja que daba hacia el oscuro laberinto.
-“Vamos! entra!”-Le dije desde el otro lado de la estrecha apertura dándole la mano para que pudiera introducirse como lo había hecho yo.
-“Allí están!”-Gritó Mademoiselle Selene a unos pasos detrás de nosotros, tomándonos por sorpresa y apuntándonos al rostro con la cegadora luz de su linterna.
Ambas entramos tomadas de las manos, corriendo sin saber que camino tomar, y ahora estamos perdidas entre la densa niebla y la oscuridad del mítico “Laberinto de las rosas”. Estábamos consientes que el entrar aquí sería como si miráramos nuestra propia locura, como si nos sentenciáramos a la probable muerte. Pero no tenemos otra escapatoria! Y ya es muy tarde para dar marcha hacia atrás. Solo nos tenemos la una a la otra y un par de linternas. Pero si salimos de aquí tendremos un nuevo camino por delante. Y todo será muy diferente para las dos. Es una larga historia de cómo llegue hasta aquí y como nos involucramos en todo esto. Y para hablar claro nunca imaginé que todo sucedería de esta manera, a pesar de presentirlo.
Cierro los ojos y aun puedo verlo tirado en el frio piso de mármol. Muerto! mirándome fijamente con los ojos tan abiertos como platos, apuntándome como si fuesen pistolas. Lo había asesinado! Pero para mí, eso fue lo correcto. Más bien, fue la única opción que tenía, el no me había dejado de otra. Era su muerte ó poco a poco la mía. Y para ser sinceros no me arrepentí de haberlo matado. De lo único que me lamentaba era de no haberlo hecho antes.
Estaba cansada de sus abusos, no podía seguir soportándolos. Pero lo que más me lleno de coraje y lo que me llevo a cometer esto, era lo que ese desgraciado pretendía hacerle. Yo la amaba y no podía permitir que llevara acabo sus enfermas intenciones con ella!
Ambas caminábamos de un lado a otro de la sombría habitación sin saber que hacer con el cadáver, tarde o temprano lo encontrarían y descubrirían a los culpables.
-“Y si lo enterramos en el jardín?”-Me preguntó con su dulce voz llena de temor.
-“No, su cadáver es muy pesado para cargarlo!”- Le respondí mientras atrancaba con seguro la puerta.
-“Y si lo dejamos aquí tirado hasta que lo encuentre alguien? ”- Volvió a preguntar.-“Nadie sospechara que fuimos nosotras!”
-“Si lo harán!”-Le dije mientras la miraba.-“La culpa recaerá sobre de ambas. Por lo que les dijo e hizo pensar. Fue muy listo, previno todo desde un principio. Y aunque les contáramos toda la verdad aun así nos acusarían de homicidio y nos mandarían a otro infierno como este… a una correccional.”
Sus ojos se llenaron de lágrimas, y rompió en llanto en mis brazos llenos de sangre. Ella estaba aterrada y mal herida! Tenia mucho miedo y la única solución de encontraba era escapar antes de que alguien se diera cuenta del homicidio.
-“Tenemos que escapar!”-Le susurré al oído, tratando de no perder la razón por el miedo.
-“No, no podemos! Las puertas son de hierro y están cerradas, ni siquiera tenemos las llaves y no hay otra salida!”-
-“Recuerdas del mito de Emily Blake y del Laberinto de las rosas?”- Le pregunté, ella asintió con la cabeza.-“Nunca encontraron su cadáver por que encontró la salida del laberinto y escapó en el!”
-“Pero el laberinto no tiene final! Y si lo tuviera podríamos estar perdidas en el por días e incluso semanas, y no saber como regresar, tu sabes lo grande que es!”- Giraban muchas leyendas acerca de ese laberinto, y de las cuales muchas me parecían viles tonterías. Pero ella tenia mucha razón, aunque yo no podía permitir que nos encontrarán, teníamos que correr ese riesgo para ser libres. Tener la libertad que habíamos soñado desde llegamos a ese horrendo lugar.
-“No tenemos mucho tiempo! Aséate y empaca tus cosas mientras yo busco un par de linternas y provisiones en el sótano.”-Fueron las últimas palabras que le dije estando en la escena del crimen.
El genero es una mezcla de suspenso y drama al mismo tiempo.
Espero que sea de su agrado el leerla, tanto como fue para mí el escribirla.
Su nombre es "El Laberinto de las rosas."
Trata de una chica desubicada de nombre Caroline, cuya despreocupada madre la mete a un antiguo internado francés para señoritas con el fin de que no le cause más problemas. En dicho internado suceden cosas que no deberían. Desde la inapropiada crueldad de los castigos con los que son sometidas las alumnas, hasta sucesos paranormales que envuelven en misterio al "Laberinto de las rosas."
Caroline tendrá que lidear con su obseción por una compañera de clase.
Y con un romance enfermizo y violento con un profesor, quien abusa sexualmente de ella.
La chica termina asesinando al profesor por que descubre las malas intenciones que tiene con su amada Florence.
Bueno pues aquí se les dejo los primeros cuatro capitulos. Nos seguimos viendo.
Hasta pronto!
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“LE LABYRINTHE DES ROSES.” -(Une fuite inespérée/Una Fuga inesperada.)
-“Corre más rápido! Date prisa!”-Le grite desesperada jalándola de la mano. Habíamos Llegado hasta la pequeña verja que daba hacia el oscuro laberinto.
-“Vamos! entra!”-Le dije desde el otro lado de la estrecha apertura dándole la mano para que pudiera introducirse como lo había hecho yo.
-“Allí están!”-Gritó Mademoiselle Selene a unos pasos detrás de nosotros, tomándonos por sorpresa y apuntándonos al rostro con la cegadora luz de su linterna.
Ambas entramos tomadas de las manos, corriendo sin saber que camino tomar, y ahora estamos perdidas entre la densa niebla y la oscuridad del mítico “Laberinto de las rosas”. Estábamos consientes que el entrar aquí sería como si miráramos nuestra propia locura, como si nos sentenciáramos a la probable muerte. Pero no tenemos otra escapatoria! Y ya es muy tarde para dar marcha hacia atrás. Solo nos tenemos la una a la otra y un par de linternas. Pero si salimos de aquí tendremos un nuevo camino por delante. Y todo será muy diferente para las dos. Es una larga historia de cómo llegue hasta aquí y como nos involucramos en todo esto. Y para hablar claro nunca imaginé que todo sucedería de esta manera, a pesar de presentirlo.
Cierro los ojos y aun puedo verlo tirado en el frio piso de mármol. Muerto! mirándome fijamente con los ojos tan abiertos como platos, apuntándome como si fuesen pistolas. Lo había asesinado! Pero para mí, eso fue lo correcto. Más bien, fue la única opción que tenía, el no me había dejado de otra. Era su muerte ó poco a poco la mía. Y para ser sinceros no me arrepentí de haberlo matado. De lo único que me lamentaba era de no haberlo hecho antes.
Estaba cansada de sus abusos, no podía seguir soportándolos. Pero lo que más me lleno de coraje y lo que me llevo a cometer esto, era lo que ese desgraciado pretendía hacerle. Yo la amaba y no podía permitir que llevara acabo sus enfermas intenciones con ella!
Ambas caminábamos de un lado a otro de la sombría habitación sin saber que hacer con el cadáver, tarde o temprano lo encontrarían y descubrirían a los culpables.
-“Y si lo enterramos en el jardín?”-Me preguntó con su dulce voz llena de temor.
-“No, su cadáver es muy pesado para cargarlo!”- Le respondí mientras atrancaba con seguro la puerta.
-“Y si lo dejamos aquí tirado hasta que lo encuentre alguien? ”- Volvió a preguntar.-“Nadie sospechara que fuimos nosotras!”
-“Si lo harán!”-Le dije mientras la miraba.-“La culpa recaerá sobre de ambas. Por lo que les dijo e hizo pensar. Fue muy listo, previno todo desde un principio. Y aunque les contáramos toda la verdad aun así nos acusarían de homicidio y nos mandarían a otro infierno como este… a una correccional.”
Sus ojos se llenaron de lágrimas, y rompió en llanto en mis brazos llenos de sangre. Ella estaba aterrada y mal herida! Tenia mucho miedo y la única solución de encontraba era escapar antes de que alguien se diera cuenta del homicidio.
-“Tenemos que escapar!”-Le susurré al oído, tratando de no perder la razón por el miedo.
-“No, no podemos! Las puertas son de hierro y están cerradas, ni siquiera tenemos las llaves y no hay otra salida!”-
-“Recuerdas del mito de Emily Blake y del Laberinto de las rosas?”- Le pregunté, ella asintió con la cabeza.-“Nunca encontraron su cadáver por que encontró la salida del laberinto y escapó en el!”
-“Pero el laberinto no tiene final! Y si lo tuviera podríamos estar perdidas en el por días e incluso semanas, y no saber como regresar, tu sabes lo grande que es!”- Giraban muchas leyendas acerca de ese laberinto, y de las cuales muchas me parecían viles tonterías. Pero ella tenia mucha razón, aunque yo no podía permitir que nos encontrarán, teníamos que correr ese riesgo para ser libres. Tener la libertad que habíamos soñado desde llegamos a ese horrendo lugar.
-“No tenemos mucho tiempo! Aséate y empaca tus cosas mientras yo busco un par de linternas y provisiones en el sótano.”-Fueron las últimas palabras que le dije estando en la escena del crimen.
Última edición por Mademoiselle_Mysterio el Miér 08 Oct 2008, 16:32, editado 8 veces
Mademoiselle_Mysterio- Barón de Montesquieu
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Localización : En el reino de los cadáveres
Fecha de inscripción : 13/05/2008
Re: “Les Labyrinthe des Roses.”
“EL LABERINTO DE LAS ROSAS.” (Capitulo 1)
Era una mañana fría en Inglaterra, debíamos estar a por lo menos a cinco grados y había algo de niebla en la carretera. Jefferson el viejo chofer ajustaba la calefacción del auto, mientras nos dirigíamos a mi nueva escuela, ó mejor dicho a mi nuevo reclusorio. Yo no había dicho ni una sola palabra desde que salimos de la casa, ni siquiera me había despedido de mi madre, ó más bien… ni siquiera le había dirigido la mirada una semana antes de que yo partiera. Iba muy callada, con ceño fruncido y de brazos cruzados, no podía creer lo que ella me estaba haciendo, me estaba enviando lejos a un internado para señoritas en donde se supone las mandaban para que aprendiesen buenos modales y principios. De ese tipo de institutos a los que asisten niñas ricas y mimadas que son hijas de diputados corruptos ó de empresarios explotadores. Y que no tienen más que pobres expectativas de vida; como que casarse con alguien igual de podrido en dinero como ellas, ser buenas esposas y madres perfectas. Yo estaba segura de tener muchos mas sueños y expectativas de vida que esas, además tenía que usar un uniforme, no lo había visto antes pero de seguro iba a tratarse de alguno horrible y de mal gusto. La idea me parecía espantosa... en ninguna de mis otras escuelas lo usábamos y yo por supuesto no estaba acostumbrada a ello, y me resistía a hacerlo, pero por otro lado iba a estar lejos de Ángela, mi madre y no me sentía nada mal por ello, es mas hasta me causaba un gran alivio el saberlo.
-“Caro, Carol, Caroline,”-Murmuró el arrugado Jefferson riendo.-“Ya van dos escuelas de las que te expulsan en menos de un año. Esta vez si que debiste haber hecho algo demasiado grave para que tu mamá decidiera meterte en un internado de señoritas, pues que fue lo que hiciste?”-Preguntó curioso.
-“Yo? Pero que crees que hice algo grave?-“Respondí irónicamente y con una sonrisa de lado.-“ Digo, que podría hacer yo, una niña de dieciséis años que fuera tan grave para que la alejaran de su hogar, de su familia y amigos?”-concluí de manera tan lastimera que hasta los vagabundos hubieran sentido pena por mí.
-“Por que da la casualidad que te conozco desde que tenías tan solo tres años de edad y desde ese entonces no eres un angelito muy bien portado que digamos.”-Dijo Jefferson con la mirada fija a la carretera y riéndose tal vez había perdido la juventud pero no el sentido del humor, yo también reí y sacudí la cabeza negando.
-“Esta bien admito nunca he sido un ángel, pero esta vez yo no tuve la culpa, es enserio! La otra chica me provocó y pues yo solo le di un puñetazo para que se calmara.”-Dije, pero luego baje la voz y la mirada también.-“Pero eso solo fue una escusa para librarse de mí, mi madre nunca me ha querido como lo hacía con ella…”
-“Claro que no! Ángela te quiere y mucho!”-dijo Jeffrey con leve comprensión en su voz.-“Pero… ella ya no es simplemente la misma desde que tu hermana mayor Scarlet murió hace seis años, y lo sabes… ya no es la misma mujer que era antes!”
-“Lo se…”- dije con la voz tan baja como un susurró.-“Pero Scarlet fue una estúpida y se suicidó por que no tuvo los pantalones para decirles a mis padres la verdad, ella tenía miedo de decepcionarlos, que iban a decir de su hijita predilecta, de la que nunca recibían queja alguna y de la que solo obtenían excelentes calificaciones y premios por su perfección de mierda!”-escupí con recelo. –“Ella fue una cobarde, tenía miedo de enfrentarlos y decirles que estaba embarazada!”
-“Estaba que?”-Preguntó Jeffrey dando un volantazo rápido.-“Creí que había muerto por una sobre-suministración de medicamentos.”
-“Pues eso fue lo que hicieron parecer, no quisieron que se supiera la verdad!”-dije controlando el enfado en mi voz y después arremede con ironía el fastidioso tono de voz de mi madre.-“Imagínate que iba a decir la sociedad! Se iba a manchar el apellido Bock para siempre! Y eso si que iba a ser una verdadera desgracia!”-Baje una vez mas el tono de mi voz y le confesé serena.
.--“Sabes… no me mandan aquí realmente por que me haya peleado en la escuela, sino por que tuve una riña con mamá hace una semana, y le eché en cara que era una mala madre y que por su culpa se había suicidado Scarlet! Ella no pudo soportar lo que le dije así que me manda aquí, lejos! Para no verme ni tener que lidiar conmigo!”
Jefferson, el chofer solo tragó saliva y guardo silencio por el resto del camino, estaba impactado por lo que le había dicho de la muerte de mi hermana Scarlet. Ella se había envenenado hace seis años, tenía como mi edad cuando lo hizo. Y dejo una nota a mis padres en la que decía que ellos solo habían querido lo mejor para ella, y que ya no soportaba el saber que les había fallado y que iba a ser mucho mejor si lo hacia de esa manera.
De repente a lo lejos de la carretera, sobre un monte apareció la silueta del internado para señoritas, era la “institut privé français du bon enseignement et de manières pour des mesdemoiselles, le labyrinthe des rose.” Significaba algo así como instituto privado francés de la buena enseñanza y modales para señoritas, el laberinto de la rosa. Era mucho mas grande de lo que había imaginado, incluso creo que era lindo y tétrico. Tenía el aspecto de una de esos castillos de arquitectura gótica en la edad media.
Cuando llegamos Jefferson me hizo algunas recomendaciones para que no me metiera en problemas, como que me portara bien, que cumpliera con las tareas, que obedeciera a los profesores, bla, bla , bla, aburrido.
Me despedí del viejo Jeff, no llevaba mucho equipaje, solo una mochila que de vez en cuando usaba para acampar y mi suéter negro con capucha favorito que había comprado en el concierto de My chemical romance. Me abrigue, tomé mis cosas y baje del auto. Me quede asombrada al mirar lo grandísimo que era aquel instituto, la puerta principal era de hierro solido con cadenas pendiendo de los costados de esta, y hasta arriba en lo alto había un ventanal circular, similar a la forma de un reloj, como el Big Ben. Observando todo aquello con detenimiento me di cuenta que era muy parecido al palacio de Westminster, pero obviamente no tan grande, aunque aun así lo era.
En la puerta estaba esperándome la subdirectora del plantel, le calculaba alrededor de cincuenta y tantos años, vestía de un elegante y sobrio traje negro, llevaba el cabello rubio y pulcro recogido hacia atrás. Me dio la bienvenida y me dijo las reglas del orfanato, digo… el internado, y que esperaba que toda las cumpliera con disposición y rectitud, y que cuando terminara de desempacar me presentara con ella para que me diera instrucciones de cómo reintegrara a las labores de clases. Me dio una hoja con el plan de clases de cada día y me dijo el numero de mi habitación y como llegar hasta allá. Agarré la llave de mi alcoba y el horario de clases que tendría y subí aproximadamente cinco pisos en el elevador panorámico, solo se alcanzaba ver el jardín era sorprendente el ver que estaba lleno de rosas rojas por doquier. Llegue al sexto piso, baje del elevador y me encamine a buscar el cuarto seiscientos sesenta y cinco, que era el que me correspondía. Era raro no había ni un alma por los pasillos, suponía que estaban en clases o algo así, en verdad no le tome importancia al asunto, me agradaba estar sola.
Después de un rato de andar en pasillo por pasillo, encontré por fin mi cuarto, puse la llave, gire la perilla y entre. Parecía bastante amplio, tenía calefacción, una cama, un tocador, un armario y un baño. No tenía televisor y tenia que compartir habitación, pero eso era de esperarse, fuera de eso no estaba tan mal, en verdad creí que estaría mucho peor.
Desempaque las cosas de mi “maleta”, primero saque mis libros favoritos y los puse encima del tocador, y proseguí a acomodar la ropa, cuando abrí las puertas de este había ya dos cambios de uniforme esperándome, quite del gancho la falda negra de tablones plisados, la blusa escolar blanca de manga larga y el chaleco sin mangas negro con el escudo de la academia y me los probé. Era justo a mi medida, supongo que mi madre ya se los había dicho antes. Descolgué una de las corbatas y como pude le hice un nudo y me la puse por dentro del chaleco.
Por un minuto me sentí totalmente extraña y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, sentía que algo allí no estaba bien, trate de ignorar esa sensación y calmarme un poco.
Me mire en el espejo del tocador y vi como se desparramaba mi fleco sobre mi pálido reflejo. Tome el peine y comencé a cepillar mi cabello rojo y lacio, no demore mucho tiempo en hacerlo pues tengo el cabello algo corto, a la altura de la barbilla para ser exactos.
Cuando termine de acomodar todo en su lugar, apurada tome el plan de clase y salí corriendo de pasillo en pasillo hasta encontrar el elevador. Cuando llegue a la planta baja fui a la dirección y busque a la subdirectora para que me indicara en que salón seria mi próxima clase. Su asistente me dijo que ella estaba ocupada atendiendo una llamada y que la esperara. Como había salido deprisa de mi habitación no tuve tiempo para ir al baño y había sido un viaje algo extenso, fui a merodear un poco mientras encontraba los sanitarios. El instituto era un lugar muy grande y sobrio. Y me parecía interesante por su arquitectura, debió de haberse construido a mediados del siglo XV, que era cuando ese tipo de estructuras estaban en su apogeo. Aprecié todo, desde cada acabado, cuadro y estatuilla que había en ese pasillo, hasta que por fin encontré los baños. Entré y me metí con prisa a la primera puerta de un cubículo sanitario. De repente observe por debajo de la puertecilla los pies descalzos de alguien entrar corriendo, y escuche los sollozos provenientes del ultimo cubículo, salí del que me encontraba yo, y lavé mis manos en el frio lavabo de mármol, pero aun seguía escuchando aquel arduo llanto en la ultima puerta, ya me disponía a salir, pues la verdad era que no me importaba el motivo del llanto de aquella joven, pero de nuevo aquel escalofrío que había sentido en mi habitación se hizo mas fuerte y me heló la sangre y me volvió ese extraño presentimiento una vez mas.
Algo me decía que tenía que abrir esa puerta, tal vez era la curiosidad o el escepticismo el que me llevaron a hacerlo, caminé despacio hasta el fondo del baño y aun seguía escuchando aquel llanto. Toque y no respondió voz alguna. Abrí la puertecilla y me di cuenta que no había nadie allí adentro.
Era una mañana fría en Inglaterra, debíamos estar a por lo menos a cinco grados y había algo de niebla en la carretera. Jefferson el viejo chofer ajustaba la calefacción del auto, mientras nos dirigíamos a mi nueva escuela, ó mejor dicho a mi nuevo reclusorio. Yo no había dicho ni una sola palabra desde que salimos de la casa, ni siquiera me había despedido de mi madre, ó más bien… ni siquiera le había dirigido la mirada una semana antes de que yo partiera. Iba muy callada, con ceño fruncido y de brazos cruzados, no podía creer lo que ella me estaba haciendo, me estaba enviando lejos a un internado para señoritas en donde se supone las mandaban para que aprendiesen buenos modales y principios. De ese tipo de institutos a los que asisten niñas ricas y mimadas que son hijas de diputados corruptos ó de empresarios explotadores. Y que no tienen más que pobres expectativas de vida; como que casarse con alguien igual de podrido en dinero como ellas, ser buenas esposas y madres perfectas. Yo estaba segura de tener muchos mas sueños y expectativas de vida que esas, además tenía que usar un uniforme, no lo había visto antes pero de seguro iba a tratarse de alguno horrible y de mal gusto. La idea me parecía espantosa... en ninguna de mis otras escuelas lo usábamos y yo por supuesto no estaba acostumbrada a ello, y me resistía a hacerlo, pero por otro lado iba a estar lejos de Ángela, mi madre y no me sentía nada mal por ello, es mas hasta me causaba un gran alivio el saberlo.
-“Caro, Carol, Caroline,”-Murmuró el arrugado Jefferson riendo.-“Ya van dos escuelas de las que te expulsan en menos de un año. Esta vez si que debiste haber hecho algo demasiado grave para que tu mamá decidiera meterte en un internado de señoritas, pues que fue lo que hiciste?”-Preguntó curioso.
-“Yo? Pero que crees que hice algo grave?-“Respondí irónicamente y con una sonrisa de lado.-“ Digo, que podría hacer yo, una niña de dieciséis años que fuera tan grave para que la alejaran de su hogar, de su familia y amigos?”-concluí de manera tan lastimera que hasta los vagabundos hubieran sentido pena por mí.
-“Por que da la casualidad que te conozco desde que tenías tan solo tres años de edad y desde ese entonces no eres un angelito muy bien portado que digamos.”-Dijo Jefferson con la mirada fija a la carretera y riéndose tal vez había perdido la juventud pero no el sentido del humor, yo también reí y sacudí la cabeza negando.
-“Esta bien admito nunca he sido un ángel, pero esta vez yo no tuve la culpa, es enserio! La otra chica me provocó y pues yo solo le di un puñetazo para que se calmara.”-Dije, pero luego baje la voz y la mirada también.-“Pero eso solo fue una escusa para librarse de mí, mi madre nunca me ha querido como lo hacía con ella…”
-“Claro que no! Ángela te quiere y mucho!”-dijo Jeffrey con leve comprensión en su voz.-“Pero… ella ya no es simplemente la misma desde que tu hermana mayor Scarlet murió hace seis años, y lo sabes… ya no es la misma mujer que era antes!”
-“Lo se…”- dije con la voz tan baja como un susurró.-“Pero Scarlet fue una estúpida y se suicidó por que no tuvo los pantalones para decirles a mis padres la verdad, ella tenía miedo de decepcionarlos, que iban a decir de su hijita predilecta, de la que nunca recibían queja alguna y de la que solo obtenían excelentes calificaciones y premios por su perfección de mierda!”-escupí con recelo. –“Ella fue una cobarde, tenía miedo de enfrentarlos y decirles que estaba embarazada!”
-“Estaba que?”-Preguntó Jeffrey dando un volantazo rápido.-“Creí que había muerto por una sobre-suministración de medicamentos.”
-“Pues eso fue lo que hicieron parecer, no quisieron que se supiera la verdad!”-dije controlando el enfado en mi voz y después arremede con ironía el fastidioso tono de voz de mi madre.-“Imagínate que iba a decir la sociedad! Se iba a manchar el apellido Bock para siempre! Y eso si que iba a ser una verdadera desgracia!”-Baje una vez mas el tono de mi voz y le confesé serena.
.--“Sabes… no me mandan aquí realmente por que me haya peleado en la escuela, sino por que tuve una riña con mamá hace una semana, y le eché en cara que era una mala madre y que por su culpa se había suicidado Scarlet! Ella no pudo soportar lo que le dije así que me manda aquí, lejos! Para no verme ni tener que lidiar conmigo!”
Jefferson, el chofer solo tragó saliva y guardo silencio por el resto del camino, estaba impactado por lo que le había dicho de la muerte de mi hermana Scarlet. Ella se había envenenado hace seis años, tenía como mi edad cuando lo hizo. Y dejo una nota a mis padres en la que decía que ellos solo habían querido lo mejor para ella, y que ya no soportaba el saber que les había fallado y que iba a ser mucho mejor si lo hacia de esa manera.
De repente a lo lejos de la carretera, sobre un monte apareció la silueta del internado para señoritas, era la “institut privé français du bon enseignement et de manières pour des mesdemoiselles, le labyrinthe des rose.” Significaba algo así como instituto privado francés de la buena enseñanza y modales para señoritas, el laberinto de la rosa. Era mucho mas grande de lo que había imaginado, incluso creo que era lindo y tétrico. Tenía el aspecto de una de esos castillos de arquitectura gótica en la edad media.
Cuando llegamos Jefferson me hizo algunas recomendaciones para que no me metiera en problemas, como que me portara bien, que cumpliera con las tareas, que obedeciera a los profesores, bla, bla , bla, aburrido.
Me despedí del viejo Jeff, no llevaba mucho equipaje, solo una mochila que de vez en cuando usaba para acampar y mi suéter negro con capucha favorito que había comprado en el concierto de My chemical romance. Me abrigue, tomé mis cosas y baje del auto. Me quede asombrada al mirar lo grandísimo que era aquel instituto, la puerta principal era de hierro solido con cadenas pendiendo de los costados de esta, y hasta arriba en lo alto había un ventanal circular, similar a la forma de un reloj, como el Big Ben. Observando todo aquello con detenimiento me di cuenta que era muy parecido al palacio de Westminster, pero obviamente no tan grande, aunque aun así lo era.
En la puerta estaba esperándome la subdirectora del plantel, le calculaba alrededor de cincuenta y tantos años, vestía de un elegante y sobrio traje negro, llevaba el cabello rubio y pulcro recogido hacia atrás. Me dio la bienvenida y me dijo las reglas del orfanato, digo… el internado, y que esperaba que toda las cumpliera con disposición y rectitud, y que cuando terminara de desempacar me presentara con ella para que me diera instrucciones de cómo reintegrara a las labores de clases. Me dio una hoja con el plan de clases de cada día y me dijo el numero de mi habitación y como llegar hasta allá. Agarré la llave de mi alcoba y el horario de clases que tendría y subí aproximadamente cinco pisos en el elevador panorámico, solo se alcanzaba ver el jardín era sorprendente el ver que estaba lleno de rosas rojas por doquier. Llegue al sexto piso, baje del elevador y me encamine a buscar el cuarto seiscientos sesenta y cinco, que era el que me correspondía. Era raro no había ni un alma por los pasillos, suponía que estaban en clases o algo así, en verdad no le tome importancia al asunto, me agradaba estar sola.
Después de un rato de andar en pasillo por pasillo, encontré por fin mi cuarto, puse la llave, gire la perilla y entre. Parecía bastante amplio, tenía calefacción, una cama, un tocador, un armario y un baño. No tenía televisor y tenia que compartir habitación, pero eso era de esperarse, fuera de eso no estaba tan mal, en verdad creí que estaría mucho peor.
Desempaque las cosas de mi “maleta”, primero saque mis libros favoritos y los puse encima del tocador, y proseguí a acomodar la ropa, cuando abrí las puertas de este había ya dos cambios de uniforme esperándome, quite del gancho la falda negra de tablones plisados, la blusa escolar blanca de manga larga y el chaleco sin mangas negro con el escudo de la academia y me los probé. Era justo a mi medida, supongo que mi madre ya se los había dicho antes. Descolgué una de las corbatas y como pude le hice un nudo y me la puse por dentro del chaleco.
Por un minuto me sentí totalmente extraña y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, sentía que algo allí no estaba bien, trate de ignorar esa sensación y calmarme un poco.
Me mire en el espejo del tocador y vi como se desparramaba mi fleco sobre mi pálido reflejo. Tome el peine y comencé a cepillar mi cabello rojo y lacio, no demore mucho tiempo en hacerlo pues tengo el cabello algo corto, a la altura de la barbilla para ser exactos.
Cuando termine de acomodar todo en su lugar, apurada tome el plan de clase y salí corriendo de pasillo en pasillo hasta encontrar el elevador. Cuando llegue a la planta baja fui a la dirección y busque a la subdirectora para que me indicara en que salón seria mi próxima clase. Su asistente me dijo que ella estaba ocupada atendiendo una llamada y que la esperara. Como había salido deprisa de mi habitación no tuve tiempo para ir al baño y había sido un viaje algo extenso, fui a merodear un poco mientras encontraba los sanitarios. El instituto era un lugar muy grande y sobrio. Y me parecía interesante por su arquitectura, debió de haberse construido a mediados del siglo XV, que era cuando ese tipo de estructuras estaban en su apogeo. Aprecié todo, desde cada acabado, cuadro y estatuilla que había en ese pasillo, hasta que por fin encontré los baños. Entré y me metí con prisa a la primera puerta de un cubículo sanitario. De repente observe por debajo de la puertecilla los pies descalzos de alguien entrar corriendo, y escuche los sollozos provenientes del ultimo cubículo, salí del que me encontraba yo, y lavé mis manos en el frio lavabo de mármol, pero aun seguía escuchando aquel arduo llanto en la ultima puerta, ya me disponía a salir, pues la verdad era que no me importaba el motivo del llanto de aquella joven, pero de nuevo aquel escalofrío que había sentido en mi habitación se hizo mas fuerte y me heló la sangre y me volvió ese extraño presentimiento una vez mas.
Algo me decía que tenía que abrir esa puerta, tal vez era la curiosidad o el escepticismo el que me llevaron a hacerlo, caminé despacio hasta el fondo del baño y aun seguía escuchando aquel llanto. Toque y no respondió voz alguna. Abrí la puertecilla y me di cuenta que no había nadie allí adentro.
Última edición por Mademoiselle_Mysterio el Dom 12 Oct 2008, 14:38, editado 1 vez
Mademoiselle_Mysterio- Barón de Montesquieu
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Re: “Les Labyrinthe des Roses.”
“EL LABERINTO DE LAS ROSAS” (Capitulo 2)
No podía dejar de pensar en lo sucedió en el baño, del cual había salido corriendo minutos atrás. La directora me había llevado hasta mi nueva aula, y ahora entraba a mi nuevo salón de clases, era muy amplio, pero sombrío. Le entregue el comprobante de nuevo ingreso a la profesora, una mujer joven de cabellos castaños y tupidos, la cual el gafete que colgada de su elegante blusa negra identificaba como Mademoiselle Watson. Me dijo que abriera mi libro de literatura en la página 50 y que leyera en silencio, enviándome así al asiento del fondo. Había alrededor de veinte alumnas sentadas en sus pupitres. Similares a hermosas y finas muñecas en estantes de costosas jugueterías. Me miraban insistentemente mientras cruzaba el aula y me sentaba en un asiento de hasta el fondo. Saqué mi libro y clave la vista en la lectura tratando de ignorar a las miradas curiosas que me observaban. Entonces fue cuando la vi, ella permanecía sentada en su mesa-banco a un lado del mío. Había algo raro de ella que capturaba de inmediato mi atención, era muy bonita, su cabello era castaño, su piel no era pálida como la mía y sus penetrantes ojos se fijaban en aquel aburrido libro. La mire por unos segundos, su rostro resplandecía por si solo en aquella ensombrecida aula. Y ella me miró repentinamente, y sentí su mirada como si me hubiera clavado un vidrio en el corazón, e hizo que me recorriera un escalofrío. Pero esta vez no fue como las veces anteriores, esta vez había sido más mucho más extraño y menos aterrador. Incluso sentí que esa sensación empezaba a gustarme. Ella me retiró la mirada de manera aborrecedora y volvió a hundirse en la lectura.
Mademoiselle Watson se levantó del escritorio y comenzó a hablar sobre los autores de mayor importancia en el renacimiento.
-“Trabajaran por equipos de tres integrantes, investigaran sobre una obra literaria del siglo XVIII”-decía la joven profesora caminando entre filas y con una pecera de cristal llena de papelitos doblados entre sus manos, para sortear los temas. Una chica rubia de la primera fila sacó uno de estos papeles, lo desdobló y dijo con pereza “Macbeth”. La profesora Watson siguió pasando fila por fila, hasta llegar a la última, en la que estaba la hermosa chica de cabello castaño, otra muchachita de lentes y yo.
-“Pollini, Bock y Evans, ustedes escribirán sobre “Hamlet” que es la única obra que quedó.”-Dijo Watson sacando el último papel de la esfera.-“Por equipos irán a la biblioteca e investigaran sobre la obra que les tocó, la leerán y elaboraran un epilogo de manera individual. Para mañana quiero sus trabajos sobre mi escritorio.”-concluyó de dar instrucciones, justo cuando sonó la campana que anunciaba el termino de la clase.
-“Haré mi epilogo sola! Ustedes encárguense de lo suyo!”- Dijo inexpresivamente la bella chica de penetrantes ojos y de cabello castaño sedoso.
-“Hey!”- me susurraba muchacha de nariz afilada y lentes.-“Yo ya leí ese libro cientos de veces! Puedo hacer tu trabajo a cambio de unos… tu sabes, unos cuantos cigarros.”-dijo la chica con algo de esperanza o tal vez desesperación en su voz.
Reí al ver su gesto y recordé que antes de partir hacia el nuevo instituto solo había empacado una cajetilla incompleta que había robado del cuarto de mamá.
“Tranquila, que esos son para emergencias!-Le dije con humor y después le guiñe un ojo.-“Considérate como una!”
-No pienses que solo por eso serás mi amiga”-Dijo entre cerrando los ojos y con un gesto de antipatía.
-“No te preocupes! No me caen bien las niñas ñoñas y desesperadas que pretenden hacerse las malas.”-Le respondí con leve cinismo, arqueando una ceja, como si estuviese retándola a algo.
-“CALLATE! si no quieres que te rompa el hocico tonta novata!”-Levantó la voz de manera abrupta.
-“Inténtalo! Que no será la primera vez que me expulsen de una escuela, por gente mierda como tú!”-Dije y reí, la verdad es que todo eso me divertía. Casi podía ver fuego saliendo de sus ojos, y alrededor, sentadas en sus pupitres, con expresiones desde morbo hasta nervios, observaban a lo lejos las demás alumnas con los ojos tan abiertos como platos.
La chica se levanto enojada de su asiento y con la mano formando un puño que apretaba tratando de calmar su enojo y camino hasta mi lugar con pasos firmes, yo enseguida también me había levantado.
Me miró con sus espectrales ojos miel, como si estuviese tratando de intimidarme o de sentir mi miedo. Trate de mantener la mirada fija en sus ojos, tal y como ella lo hacia conmigo. Y lo por unos segundos lo hice, no me gustaba mirar a los ojos a las personas, nunca me agradó, era como si cuando lo hiciera pudiera ver los demonios de las otras personas, incluso a veces me llenaba con sus sentimientos negativos. En su mirada percibía sentimientos confusos, recelo, angustia y dolor, eran lo que habían marcado su vida.
No hubiera podido haberla resistido ni un segundo más. Ambas ya nos habíamos apartado la vista, ahora mirábamos al escritorio, mientras las demás alumnas permanecían de pie a un costado de asiento en señal de respeto. Un profesor había entrado al salón repentinamente, anunciando así el comienzo de la hora de su clase.
Se trataba del profesor de arte, que nos observaba de pie con sus inquietantes ojos miel verdosos mientras sonreía. Era muy atractivo, y joven, le calculaba alrededor de treinta años. Su cabello era negro, semi largo y muy lustroso, hacia perfecto contraste con la exquisita palidez de su rostro, y sus finas y delgadas facciones quedaban bien enmarcadas en su bella cara redonda.
Como sea que fuera no pude dejarlo de mirar ni un solo instante, había algo en el que me atrapaba, y que encontraba perturbadoramente fascinante. Tal vez era su voz, la forma de mover sus labios cuando sonreía, o la manera en la que peinaba con las manos los mechones de su cabello que de vez en cuando caían sobre su rostro.
-“Hola!”- Me dijo con una amplia sonrisa que iluminaba su rostro, y sus ojos me miraban fijamente. La verdad es que me hubiera gustado sostener su impactante mirada por más de tres segundos, e incluso devolverle una sonrisa, pero por más que quisiera era incapaz de hacerlo.- “Nadie me dijo nada de una nueva ingresada. Y menos de que sería pelirroja! Son de mala suerte, sabias?”- Dijo serio, esperando mi repuesta. Las demás ya se habían sentado y yo aun permanecía de pie, con la cabeza baja y sin poder que contestar.
-“Solo bromeaba!”-dijo hechandose a reír. Yo estaba hechizada bajo el encanto de su sonrisa. Era como si sus labios danzaran una bella melodía que tal vez yo solo podía escuchar, mientras aguardaban a las hermosas perlas dentro de su boca.
-“Soy Andreu Van Hooster, el profesor de arte y uno de los psicólogos del instituto. Tu nombre es…?”- Embozó con una leve sonrisa en sus labios.
-“Mi nombre es Caroline Lioncourt Bock, mucho gusto.”-Le dije observándolo al rostro, tratando de no caer en la tentación de mirar sus ojos.
-“Française, vérité ? –Me preguntó que si era francesa al escuchar mi apellido.
-“Oui, ma famille il est. Mais je suis né ici!”-Le contesté que mi familia lo era, pero que yo había nacido aquí. Londres era un bonito lugar en el cual vivir, y a pesar que había crecido con influencias Francesas, yo me consideraba Inglesa, pues era el lugar en el que yo había nacido y criado toda mi vida.
-“Très intéressant! Ma famille il est aussi, mais je suis né ici aussi! ”- El me había contestado que era muy interesante, pues que su familia también lo era, y que también había nacido aquí.-“Estoy seguro que el instituto va a gustarte!”-Dijo guiñándome un ojo y dándose media vuelta.
Sí. Lo había hecho, había mirado sus ojos y no me había prendido en llamas como creí que lo haría. Pero, había algo en su mirada que me hacía desconfiar un poco de el. Ojala hubiera hecho caso a eso desde un principio, pero no hice ni el mas mínimo caso a mis presentimientos.
No podía dejar de pensar en lo sucedió en el baño, del cual había salido corriendo minutos atrás. La directora me había llevado hasta mi nueva aula, y ahora entraba a mi nuevo salón de clases, era muy amplio, pero sombrío. Le entregue el comprobante de nuevo ingreso a la profesora, una mujer joven de cabellos castaños y tupidos, la cual el gafete que colgada de su elegante blusa negra identificaba como Mademoiselle Watson. Me dijo que abriera mi libro de literatura en la página 50 y que leyera en silencio, enviándome así al asiento del fondo. Había alrededor de veinte alumnas sentadas en sus pupitres. Similares a hermosas y finas muñecas en estantes de costosas jugueterías. Me miraban insistentemente mientras cruzaba el aula y me sentaba en un asiento de hasta el fondo. Saqué mi libro y clave la vista en la lectura tratando de ignorar a las miradas curiosas que me observaban. Entonces fue cuando la vi, ella permanecía sentada en su mesa-banco a un lado del mío. Había algo raro de ella que capturaba de inmediato mi atención, era muy bonita, su cabello era castaño, su piel no era pálida como la mía y sus penetrantes ojos se fijaban en aquel aburrido libro. La mire por unos segundos, su rostro resplandecía por si solo en aquella ensombrecida aula. Y ella me miró repentinamente, y sentí su mirada como si me hubiera clavado un vidrio en el corazón, e hizo que me recorriera un escalofrío. Pero esta vez no fue como las veces anteriores, esta vez había sido más mucho más extraño y menos aterrador. Incluso sentí que esa sensación empezaba a gustarme. Ella me retiró la mirada de manera aborrecedora y volvió a hundirse en la lectura.
Mademoiselle Watson se levantó del escritorio y comenzó a hablar sobre los autores de mayor importancia en el renacimiento.
-“Trabajaran por equipos de tres integrantes, investigaran sobre una obra literaria del siglo XVIII”-decía la joven profesora caminando entre filas y con una pecera de cristal llena de papelitos doblados entre sus manos, para sortear los temas. Una chica rubia de la primera fila sacó uno de estos papeles, lo desdobló y dijo con pereza “Macbeth”. La profesora Watson siguió pasando fila por fila, hasta llegar a la última, en la que estaba la hermosa chica de cabello castaño, otra muchachita de lentes y yo.
-“Pollini, Bock y Evans, ustedes escribirán sobre “Hamlet” que es la única obra que quedó.”-Dijo Watson sacando el último papel de la esfera.-“Por equipos irán a la biblioteca e investigaran sobre la obra que les tocó, la leerán y elaboraran un epilogo de manera individual. Para mañana quiero sus trabajos sobre mi escritorio.”-concluyó de dar instrucciones, justo cuando sonó la campana que anunciaba el termino de la clase.
-“Haré mi epilogo sola! Ustedes encárguense de lo suyo!”- Dijo inexpresivamente la bella chica de penetrantes ojos y de cabello castaño sedoso.
-“Hey!”- me susurraba muchacha de nariz afilada y lentes.-“Yo ya leí ese libro cientos de veces! Puedo hacer tu trabajo a cambio de unos… tu sabes, unos cuantos cigarros.”-dijo la chica con algo de esperanza o tal vez desesperación en su voz.
Reí al ver su gesto y recordé que antes de partir hacia el nuevo instituto solo había empacado una cajetilla incompleta que había robado del cuarto de mamá.
“Tranquila, que esos son para emergencias!-Le dije con humor y después le guiñe un ojo.-“Considérate como una!”
-No pienses que solo por eso serás mi amiga”-Dijo entre cerrando los ojos y con un gesto de antipatía.
-“No te preocupes! No me caen bien las niñas ñoñas y desesperadas que pretenden hacerse las malas.”-Le respondí con leve cinismo, arqueando una ceja, como si estuviese retándola a algo.
-“CALLATE! si no quieres que te rompa el hocico tonta novata!”-Levantó la voz de manera abrupta.
-“Inténtalo! Que no será la primera vez que me expulsen de una escuela, por gente mierda como tú!”-Dije y reí, la verdad es que todo eso me divertía. Casi podía ver fuego saliendo de sus ojos, y alrededor, sentadas en sus pupitres, con expresiones desde morbo hasta nervios, observaban a lo lejos las demás alumnas con los ojos tan abiertos como platos.
La chica se levanto enojada de su asiento y con la mano formando un puño que apretaba tratando de calmar su enojo y camino hasta mi lugar con pasos firmes, yo enseguida también me había levantado.
Me miró con sus espectrales ojos miel, como si estuviese tratando de intimidarme o de sentir mi miedo. Trate de mantener la mirada fija en sus ojos, tal y como ella lo hacia conmigo. Y lo por unos segundos lo hice, no me gustaba mirar a los ojos a las personas, nunca me agradó, era como si cuando lo hiciera pudiera ver los demonios de las otras personas, incluso a veces me llenaba con sus sentimientos negativos. En su mirada percibía sentimientos confusos, recelo, angustia y dolor, eran lo que habían marcado su vida.
No hubiera podido haberla resistido ni un segundo más. Ambas ya nos habíamos apartado la vista, ahora mirábamos al escritorio, mientras las demás alumnas permanecían de pie a un costado de asiento en señal de respeto. Un profesor había entrado al salón repentinamente, anunciando así el comienzo de la hora de su clase.
Se trataba del profesor de arte, que nos observaba de pie con sus inquietantes ojos miel verdosos mientras sonreía. Era muy atractivo, y joven, le calculaba alrededor de treinta años. Su cabello era negro, semi largo y muy lustroso, hacia perfecto contraste con la exquisita palidez de su rostro, y sus finas y delgadas facciones quedaban bien enmarcadas en su bella cara redonda.
Como sea que fuera no pude dejarlo de mirar ni un solo instante, había algo en el que me atrapaba, y que encontraba perturbadoramente fascinante. Tal vez era su voz, la forma de mover sus labios cuando sonreía, o la manera en la que peinaba con las manos los mechones de su cabello que de vez en cuando caían sobre su rostro.
-“Hola!”- Me dijo con una amplia sonrisa que iluminaba su rostro, y sus ojos me miraban fijamente. La verdad es que me hubiera gustado sostener su impactante mirada por más de tres segundos, e incluso devolverle una sonrisa, pero por más que quisiera era incapaz de hacerlo.- “Nadie me dijo nada de una nueva ingresada. Y menos de que sería pelirroja! Son de mala suerte, sabias?”- Dijo serio, esperando mi repuesta. Las demás ya se habían sentado y yo aun permanecía de pie, con la cabeza baja y sin poder que contestar.
-“Solo bromeaba!”-dijo hechandose a reír. Yo estaba hechizada bajo el encanto de su sonrisa. Era como si sus labios danzaran una bella melodía que tal vez yo solo podía escuchar, mientras aguardaban a las hermosas perlas dentro de su boca.
-“Soy Andreu Van Hooster, el profesor de arte y uno de los psicólogos del instituto. Tu nombre es…?”- Embozó con una leve sonrisa en sus labios.
-“Mi nombre es Caroline Lioncourt Bock, mucho gusto.”-Le dije observándolo al rostro, tratando de no caer en la tentación de mirar sus ojos.
-“Française, vérité ? –Me preguntó que si era francesa al escuchar mi apellido.
-“Oui, ma famille il est. Mais je suis né ici!”-Le contesté que mi familia lo era, pero que yo había nacido aquí. Londres era un bonito lugar en el cual vivir, y a pesar que había crecido con influencias Francesas, yo me consideraba Inglesa, pues era el lugar en el que yo había nacido y criado toda mi vida.
-“Très intéressant! Ma famille il est aussi, mais je suis né ici aussi! ”- El me había contestado que era muy interesante, pues que su familia también lo era, y que también había nacido aquí.-“Estoy seguro que el instituto va a gustarte!”-Dijo guiñándome un ojo y dándose media vuelta.
Sí. Lo había hecho, había mirado sus ojos y no me había prendido en llamas como creí que lo haría. Pero, había algo en su mirada que me hacía desconfiar un poco de el. Ojala hubiera hecho caso a eso desde un principio, pero no hice ni el mas mínimo caso a mis presentimientos.
Última edición por Mademoiselle_Mysterio el Mar 14 Oct 2008, 19:31, editado 2 veces
Mademoiselle_Mysterio- Barón de Montesquieu
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Re: “Les Labyrinthe des Roses.”
“EL LABERINTO DE LAS ROSAS.” (Capitulo 3)
La clase de arte había terminado. Y había llegado la hora del almuerzo. El internado tenía un grandísimo comedor el cual me recordaba mucho a la película de Harry Potter. Lo se suena estúpido, pero se parecía mucho al de “Hogwarts.” La verdad es que no tenía nada de hambre, así que solo tome uno de los platos y me senté en una de las grandes mesas. Entonces la vi, la chica de hermoso cabello castaño se sentó con otra joven en una mesa delante de la mía. Ella lucía tan pulcra y perfecta, su cabello le llegaba a media espalda, sus labios eran delgados y bien definidos, las facciones de su rostro eran totalmente asimétricas. Y las sus cejas eran el más bello marco para su cautivante mirada.
La observaba desde lo lejos, como los niños lo hacen con las lejanas estrellas. La muchacha que la acompañaba era baja, de cabello largo y oscuro, y usaba anteojos. Ambas conversaban y reían sin parar.
-“Novata! Deja de babear por Pollini y pásame la ensalada de col!”-dijo la misma vos con la que minutos antes había reñido.
-“No estoy babeando por nadie, tonta!”- Le dije con el ceño fruncido y pasándole la ensalada.-“ Como dijiste que se llama?”
-“Espero que por esto, aun siga en pie la oferta de los cigarros.”-Dijo levantando una ceja.-“Su nombre es Florence Pollini, es italiana. Y la muchacha que esta junto a ella es su mejor amiga se llama Johana. Que más quieres saber tonta novata?”
-“Mi nombre no es novata! Me llamo Caroline Bock, cual es el tuyo?”- Le dije extendiéndole la mano.
-“Soy Anne Evans! Y ya se que ese es tu nombre.”-Dijo desairándome al no estrechar mi saludo.-“Lo siento pero no estrecho las manos de la gente, están contaminadas de gérmenes y enfermedades.”- dijo para justificar su descortesía.
-“Así que hablas francés, dejaste impresionado al profesor de arte. Esta bien bueno, no crees?”-Preguntó y yo asentí.-“Es una lastima que sea hijo de la vieja mierda de la directora.”
-“Mira hablando del rey de roma.”-Murmuró señalando su presencia en el comedor de los maestros.-“Y mira quien lo acompaña, nada más que Mademoiselle Watson la putilla más grande del internado. Ella ya no sabe ni que hacer para llamar su atención, pero pobrecita no se da cuenta que el no la traga ni tantito.”-dijo riendo con sarcasmo.
Había distraído mi atención de Florence un minuto y cuando volví hacia el lugar en donde habían permanecido ni ella ni su amiga estaban ya allí. Miré hacia la puerta del comedor y ambas iban saliendo de él, tomadas de las manos y riendo. El ver su sonrisa era como si me elevara al paraíso mismo. Había algo en ella que me hacia querer tenerla cerca, pero eso mismo me advertía que me alejara de ella. Era tan irónico y confuso. Eran sentimientos que me podrían llevar al cielo o al infierno.
-“Disculpa! Me tengo que ir.”-le dije a Anne y salí deprisa del gran comedor.
Las seguí por el pasillo manteniéndome a unos cuantos pasos detrás de ellas. Era curiosa y aterradora la manera en que ella comenzaba a convertirse en una obsesión para mí. Una obsesión que se convertía cada vez más y más grande sin explicación alguna. Ella representaba algo tan contradictorio, me causaba una mezcla de ternura y paz, pero al mismo tiempo me perturbaba el desprecio y negación que encontraba en sus ojos cuando me miraba. Era algo enfermizo, tal y como también eran enfermizos los celos y el repentino odio que desarrolle contra su amiga. Yo quería su afecto solo para mí y no estaba dispuesta a compartirlo con nadie más. No importaba lo que me costará, ni a cuantas tuviera que quitar de enfrente para estar a su lado. Pues inexplicablemente yo comenzé a enamorarme perdidamente de ella.
La clase de arte había terminado. Y había llegado la hora del almuerzo. El internado tenía un grandísimo comedor el cual me recordaba mucho a la película de Harry Potter. Lo se suena estúpido, pero se parecía mucho al de “Hogwarts.” La verdad es que no tenía nada de hambre, así que solo tome uno de los platos y me senté en una de las grandes mesas. Entonces la vi, la chica de hermoso cabello castaño se sentó con otra joven en una mesa delante de la mía. Ella lucía tan pulcra y perfecta, su cabello le llegaba a media espalda, sus labios eran delgados y bien definidos, las facciones de su rostro eran totalmente asimétricas. Y las sus cejas eran el más bello marco para su cautivante mirada.
La observaba desde lo lejos, como los niños lo hacen con las lejanas estrellas. La muchacha que la acompañaba era baja, de cabello largo y oscuro, y usaba anteojos. Ambas conversaban y reían sin parar.
-“Novata! Deja de babear por Pollini y pásame la ensalada de col!”-dijo la misma vos con la que minutos antes había reñido.
-“No estoy babeando por nadie, tonta!”- Le dije con el ceño fruncido y pasándole la ensalada.-“ Como dijiste que se llama?”
-“Espero que por esto, aun siga en pie la oferta de los cigarros.”-Dijo levantando una ceja.-“Su nombre es Florence Pollini, es italiana. Y la muchacha que esta junto a ella es su mejor amiga se llama Johana. Que más quieres saber tonta novata?”
-“Mi nombre no es novata! Me llamo Caroline Bock, cual es el tuyo?”- Le dije extendiéndole la mano.
-“Soy Anne Evans! Y ya se que ese es tu nombre.”-Dijo desairándome al no estrechar mi saludo.-“Lo siento pero no estrecho las manos de la gente, están contaminadas de gérmenes y enfermedades.”- dijo para justificar su descortesía.
-“Así que hablas francés, dejaste impresionado al profesor de arte. Esta bien bueno, no crees?”-Preguntó y yo asentí.-“Es una lastima que sea hijo de la vieja mierda de la directora.”
-“Mira hablando del rey de roma.”-Murmuró señalando su presencia en el comedor de los maestros.-“Y mira quien lo acompaña, nada más que Mademoiselle Watson la putilla más grande del internado. Ella ya no sabe ni que hacer para llamar su atención, pero pobrecita no se da cuenta que el no la traga ni tantito.”-dijo riendo con sarcasmo.
Había distraído mi atención de Florence un minuto y cuando volví hacia el lugar en donde habían permanecido ni ella ni su amiga estaban ya allí. Miré hacia la puerta del comedor y ambas iban saliendo de él, tomadas de las manos y riendo. El ver su sonrisa era como si me elevara al paraíso mismo. Había algo en ella que me hacia querer tenerla cerca, pero eso mismo me advertía que me alejara de ella. Era tan irónico y confuso. Eran sentimientos que me podrían llevar al cielo o al infierno.
-“Disculpa! Me tengo que ir.”-le dije a Anne y salí deprisa del gran comedor.
Las seguí por el pasillo manteniéndome a unos cuantos pasos detrás de ellas. Era curiosa y aterradora la manera en que ella comenzaba a convertirse en una obsesión para mí. Una obsesión que se convertía cada vez más y más grande sin explicación alguna. Ella representaba algo tan contradictorio, me causaba una mezcla de ternura y paz, pero al mismo tiempo me perturbaba el desprecio y negación que encontraba en sus ojos cuando me miraba. Era algo enfermizo, tal y como también eran enfermizos los celos y el repentino odio que desarrolle contra su amiga. Yo quería su afecto solo para mí y no estaba dispuesta a compartirlo con nadie más. No importaba lo que me costará, ni a cuantas tuviera que quitar de enfrente para estar a su lado. Pues inexplicablemente yo comenzé a enamorarme perdidamente de ella.
Mademoiselle_Mysterio- Barón de Montesquieu
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Re: “Les Labyrinthe des Roses.”
Wow!!
Muy buena historia, la leí en 8 minutos! (sorry, suelo contar en cuanto tiempo leo! jeje =PP)
Primero, me encanta el nombre: Caroline! Es de mis preferido!
Segundo, ese profesor... me da qué pensar... El internado, sí, como el castillo de Hogwarts pero más le encuentro parecido a La Órden de la Academia Spence, si no lo haz leído es muy recomendable! Son hasta ahora tres libros (dos en español & uno en inglés), en total serían como 700 páginas entre los dos en español, pero si te gusta mucho la lectura seguro acabas de leerlo en unas cuantas horas (como yo! xD)
Me gusta la historia, pero entonces es una historia bisexual, supongo? Ya que quiere con Pollini & con Andreu!
El comienzo, ya quiero ver como lo mataron! que sangriento! ñaaaaaaa!!
Muero por sabes la historia completa!
Yo quiero más, te estaré leyendo! =')
Me gusta mucho!! Contunia! No la dejes inconclusa! Vamos! la práctica hace al maestro! ñ-ñ
PD: Si pones el siguiente capítulo pero no dices nada acerca de mi comentario ya no te leo! jum! ¬¬'!
Me gusta interactuar con las personas, saber lo que piensan de lo que digo & así, así que interactua conmigo mientras te leo o sino me aburro!
Adevertida! =PPP
Muy buena historia, la leí en 8 minutos! (sorry, suelo contar en cuanto tiempo leo! jeje =PP)
Primero, me encanta el nombre: Caroline! Es de mis preferido!
Segundo, ese profesor... me da qué pensar... El internado, sí, como el castillo de Hogwarts pero más le encuentro parecido a La Órden de la Academia Spence, si no lo haz leído es muy recomendable! Son hasta ahora tres libros (dos en español & uno en inglés), en total serían como 700 páginas entre los dos en español, pero si te gusta mucho la lectura seguro acabas de leerlo en unas cuantas horas (como yo! xD)
Me gusta la historia, pero entonces es una historia bisexual, supongo? Ya que quiere con Pollini & con Andreu!
El comienzo, ya quiero ver como lo mataron! que sangriento! ñaaaaaaa!!
Muero por sabes la historia completa!
Yo quiero más, te estaré leyendo! =')
Me gusta mucho!! Contunia! No la dejes inconclusa! Vamos! la práctica hace al maestro! ñ-ñ
PD: Si pones el siguiente capítulo pero no dices nada acerca de mi comentario ya no te leo! jum! ¬¬'!
Me gusta interactuar con las personas, saber lo que piensan de lo que digo & así, así que interactua conmigo mientras te leo o sino me aburro!
Adevertida! =PPP
Jean Arz- Homero
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Fecha de inscripción : 28/08/2008
Re: “Les Labyrinthe des Roses.”
Hola Jean Arts!
Me da gusto que la historia te haya parecido buena y que tengas un amplio criterio para comentar!
No he leído el libro que me recomiendas! pero sin duda lo haré un día de estos.
Retomando tu comentario, sí! La protagonista se da cuenta de su bisexualidad al estar obsecionada de Florence y de su profesor de arte llamado Andreu, que también me da mucho de pensar! xD Pero dire nada más por que si no arruinaré lo interesante de la historia.
Pero la trama en sí, gira alrededor del 'Laberinto de las Rosas' y de como esta chica hecha perder prácticamente su vida por 'satisfacer sus instintos' y de como el miedo y la desesperación por zafarse de la inmadurez ( ó estupidez) de sus errores la hacen cometer un asesinato.
Haré lo posible para subir seguido y que veas lo que sucederá más adelante!
Me retiró! Siempre será un gusto leer sus opiniones! Nos vemos!
+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
"EL LABERINTO DE LAS ROSAS." (Capitulo 4)
Habían transcurrido un par de días desde mi llegada al instituto, la chica que era mi compañera de cuarto era una chica muy jovial y melosa de nombre Danielle.
Anne y yo resultamos entender bien nuestras rarezas en común, ambas teníamos gustos muy similares y parecía que nos estábamos llevando bien.
La mañana era fría, y había exceso humedad en el aire, por la lluvia de la noche anterior. Ese día teníamos las dos primeras horas de clase de arte en el salón de visuales. Anne y yo nos habíamos sentado hasta el fondo del salón como ya era de costumbre. Ella se mantenía en silencio mientras hacía unos cuantos garabatos en una hoja de papel y yo aun esperaba a que apareciera la hermosa Florence. Crucé los brazos sobre el pupitre y me recargue mi mentón sobre ellos.
Transcurrieron unos pocos minutos cuando su silueta se hizo presente por el marco de la puerta, luciendo tan de pulcra y hermosa como siempre. Atravesó la habitación como un fantasma lo hubiera hecho y se sentó en un rincón del salón, a lado de la nada agraciada chica que era su amiga.
-“Que tanto las miras?”-Me preguntó Anne levantando una ceja.-“Tienes días haciéndolo, y aun no lo entiendo! En verdad que eres extraña Caroline!”-Dijo sacudiendo un poco la cabeza como gesto de resignación.
-“Claro que no es verdad! Las veo igual que como lo hago con el resto de mis compañeras!”-Le respondí tratando de ocultar mi extraña preferencia y mi nerviosismo innecesario.
-“Claro que lo es!”-dijo con una malévola sonrisa tratando de hacerme desatinar.-“Pollini te gusta y lo sabes!”
-“Claro que no! Además cállate que te puede escuchar y pensar que es verdad!”-Le dije aun negando y con el ceño fruncido.
-“Ah si? Pues entonces pruébalo! Compruébame que no te gustan las chicas! Hazlo!”-Dijo en forma de burla.
-“Eso es estúpido! Como carajos quieres que te lo demuestre? Anda dime como, niña tonta!”-le dije a la defensiva.
-“Con el!”-dijo mirando al profesor Andreu quien entraba por la puerta.-“Tíratelo!”-dijo con un gesto sínico.-“Cógetelo! Es la única forma que me lo demuestres, ó que le sacas?”-murmuró riendo, ella pensó que yo sería una cobarde y que me negaría a hacerlo. Pero yo odiaba que me subestimaran y mi estúpida y agrandada vanidad no me permitiría negarme. Además el profesor era muy guapo, así que termine aceptando.
El maestro de arte llego y le dio a cada una un caballete y un par de pinturas de acrílico, pinceles y otros materiales de la bodega.
-“Hoy la clase será de expresión libre, pintaran lo que surja de sus mentes, lo que les agobia, perturbe o lo que amen!”-dijo Andreu con el peculiar encanto que le caracterizaba.
Yo había tomado el caballete y un pedazo de carboncillo, aun no sabía que era lo que pintaría. Las demás muchachas ya habían comenzado a pintar y yo solo miraba el papel en blanco y trataba de concentrarme en lo que haría aun sin idea alguna.
-“Te puedo ayudar en algo?”-preguntó la voz ronca y varonil de Andreu detrás de mi.
-“Sí. Pero es que no se dibujar nada en absoluto!”-Le mentí. Era una gran dibujante , mas no una gran mentirosa! Pero por lo menos podía sonar en forma muy convincente cuando me lo proponía.
-“Y que es lo que quieres dibujar?-dijo clavando sus profundos ojos miel verdosos en mí.
-“Quiero dibujar un ángel de ojos verdes y labios seductores!”-le respondí con una sonrisa coqueta mirando sus labios.
El también rió y tomó mi mano contra el papel, tratando de enseñarme a dibujar el ángel que le había dicho. Sentí su mano fría sosteniendo la mía, pude ver de reojo su perfecta y respingada nariz y sus sensuales y finos labios que llamaban por mí.
-“Profesor.”-lo llamo una chica desde el otro extremo del salón.-“Puede ayudarme con una mezcla de colores?, por favor.”
El asintió y se inclino un poco hacia mi.-“Ahora prosigue tú con el dibujo.”-dijo guiñándome un ojo.
Proseguí a continuar mi dibujo, sobre el boceto que el me ‘me había ayudado a hacer’ y empecé a dibujar cada detalle de las alas. Camine hasta la repisa que contenían todos los frascos de pinturas en la pequeña bodega del salón, tome el azul y el negro y empecé a mezclarlos. Y de pronto sentí a mi lado presencia que me inquietaba, era ella, la hermosa chica de cabello castaño de pie junto a mí. La mire y le sonreí dulcemente. Ella no hizo lo mismo, solo me miró fijamente. Y sentí como su mirada como si me hubiera enterrado un cuchillo de desprecio en el corazón, y después me ignoró. No entendía nada de lo que sucedía, yo no nunca le había hecho nada para que me odiara, sin embargo lo hacía. Y eso me dolía, por que ella me gustaba mucho.
Terminé de pintar mi dibujo. Y cuando sonó el timbre y la clase de arte hubo terminada dejamos nuestras pinturas a que se secaran y salimos del salón.
-“Trajiste los cigarro como te dije?”-Me preguntó Anne, y yo asentí con la cabeza.-“Yaay! Que bien! Por que sigue literatura con la amargada de ‘Watson’ y no quiero verle la jeta hoy!-dijo sonriente.-“Escondámonos en los viejos baños allí no entra nadie”- murmuró riendo.-“No, después de las ridículas leyendas que se rumoran acerca de ellos!”
-“Que leyendas!?”-le pregunté mientras caminábamos por los pasillos, dirigiéndonos a aquellos baños.
-“Ya sabes las típicas que todas las escuelas tienen! “-Respondió ella con simpleza a mitad de camino.-“En esta se rumora que se aparece el fantasma de una chica, unas cuentan que es el de una muchacha que se suicido de tristeza en los baños, por que le dieron la noticia de que sus padres habían muerto en un viaje al extranjero. Otras tantas dicen que no se suicido, más bien que un conserje la había violado y matado allí. Pero yo creo que son viles estupideces que niñitas taradas inventan!”-dijo entrando por la puerta de los baños en los que yo ya había estado el primer día en que llegue. Había presenciado algo realmente raro en esos baños aquel día, pero mi ego era lo bastante grande como para decirle lo que me había sucedido adentro, después de todo ella no lo creería y solo pensaría que soy otra más de esas niñitas bobas y miedosas que se la viven inventando ese tipo de cosas.
Sacó una caja de cerillos de uno de los bolsillos de su falda y tomo un cigarro de la cajetilla que había puesto sobre los lavabos. Encendió su cigarro y yo el mío. Parecía que estaba disfrutando aquel vicio mucho más que yo.
-“Se rumoran muchas leyendas acerca de este internado, como la del ‘Laberinto de las Rosas’! Ya te sabes esa!?-me preguntó exhalando de su cigarro. Le respondí que no negando con la cabeza.-“Pues bien, dicen que mucho antes que esto fuera una escuela, era el castillo de un viejo marqués y de su hija. Y que les ordenó a sus criados construir un laberinto inmenso hecho con rosas en honor a su esposa, quien llevaba ese nombre y que había fallecido al dar a luz. Todo comenzó en el cumpleaños dieciséis de la hija única del marqués. La fiesta fue a lo grande, pero en medio de esta se dieron cuenta que faltaba la festejada. Pasaron horas buscándola por todas partes, solo faltaba un lugar en el que no la habían buscado. Ese lugar era ‘El Laberinto de las Rosas.’ Entró una multitud muy grande de personas en busca de la joven, de la cual solo lograron salir menos de la mitad. Por que el laberinto era tan grande que los demás solo lograron perderse entre la oscuridad, el frío y la niebla. Las personas que salieron lo hicieron por pura suerte, y relataban los horrores que habían vivido en los adentros. Cosas demasiado horribles como para no salir vivo, ni cuerdo. A la mañana siguiente se realizo una expedición para encontrar al resto de las personas que no habían regresado, incluso seguían buscando a la hija del viejo marqués. Pero no encontraron a nadie, ni vivo ni muerto. Ni siquiera había un final para el Laberinto. Solo habían encontrado huellas de sangre. El marqués mandó a la horca a los lacayos que lo habían construido acusandolos de brujeria. Y desde ese día el castillo fue puesto a la venta, por el marqués ya que no quería seguir conservando los malos recuerdos de la desaparición de única y quería hija, y también pusieron una verja para que nadie cruzara hacia el otro lado del laberinto. Dicen que aun se pueden ver las caras y escuchar los gritos de aquellas personas si te acercas lo suficiente a la verja! Y que si entras te amparara el mismo destino. Pero yo creo que con mentiras que dicen para tratar de atemorizar a las alumnas y que no entren!”-Dijo Anne aspirando de su cigarro.
Estuvimos en silencio como por cinco minutos hasta que escuchamos los pasos de alguien que se acercaba por el corredor. Anne rápidamente apagó su cigarro, lo tiró en el lavadero y me empujó adentró del segundo cubículo, asegurando el pasador de la puerta.
Volteó el cesto de basura y se subió a el, mientras a señas me dijo que me parara en la taza del baño, me tapó la boca y ambas guardamos silencio.
Vimos pasar corriendo una sombra por debajo de la puertecilla, y se escucho el azotar de la puerta del cuarto y ultimo cubículo. Inmediatamente hizo presencia el sonido de unos tacones, que daban elegantes y largos pasos que revisaban en el primer cubículo. De seguro alguien nos había delatado y por eso habían ido a buscarnos al baño. Anne apretó más su mano contra mi boca y contuvo la agitada respiración. Extrañamente los pasos pasaron por alto en donde nos encontrábamos y se dirigieron directamente al cuarto cubículo. Se escucho el abrupto sonido del llanto horrorizado de una chica cuando la última puertecilla se abrió al mismo tiempo que fue acallado por el aplomo de un fuerte golpe.
Después de los extraños ruidos hubo un largo minuto de silencio.
Me baje de la tapa del baño y abrí la puertecilla, no había ni un solo rastro de haber entrado nadie aparte de nosotras. Anne se bajo del bote de basura y corrió enojada hasta el ultimó cubículo, abrió la puerta de una patada y aterrada entornó los ojos vidriosos hacia mi al no haber nadie allí adentro.
Me da gusto que la historia te haya parecido buena y que tengas un amplio criterio para comentar!
No he leído el libro que me recomiendas! pero sin duda lo haré un día de estos.
Retomando tu comentario, sí! La protagonista se da cuenta de su bisexualidad al estar obsecionada de Florence y de su profesor de arte llamado Andreu, que también me da mucho de pensar! xD Pero dire nada más por que si no arruinaré lo interesante de la historia.
Pero la trama en sí, gira alrededor del 'Laberinto de las Rosas' y de como esta chica hecha perder prácticamente su vida por 'satisfacer sus instintos' y de como el miedo y la desesperación por zafarse de la inmadurez ( ó estupidez) de sus errores la hacen cometer un asesinato.
Haré lo posible para subir seguido y que veas lo que sucederá más adelante!
Me retiró! Siempre será un gusto leer sus opiniones! Nos vemos!
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"EL LABERINTO DE LAS ROSAS." (Capitulo 4)
Habían transcurrido un par de días desde mi llegada al instituto, la chica que era mi compañera de cuarto era una chica muy jovial y melosa de nombre Danielle.
Anne y yo resultamos entender bien nuestras rarezas en común, ambas teníamos gustos muy similares y parecía que nos estábamos llevando bien.
La mañana era fría, y había exceso humedad en el aire, por la lluvia de la noche anterior. Ese día teníamos las dos primeras horas de clase de arte en el salón de visuales. Anne y yo nos habíamos sentado hasta el fondo del salón como ya era de costumbre. Ella se mantenía en silencio mientras hacía unos cuantos garabatos en una hoja de papel y yo aun esperaba a que apareciera la hermosa Florence. Crucé los brazos sobre el pupitre y me recargue mi mentón sobre ellos.
Transcurrieron unos pocos minutos cuando su silueta se hizo presente por el marco de la puerta, luciendo tan de pulcra y hermosa como siempre. Atravesó la habitación como un fantasma lo hubiera hecho y se sentó en un rincón del salón, a lado de la nada agraciada chica que era su amiga.
-“Que tanto las miras?”-Me preguntó Anne levantando una ceja.-“Tienes días haciéndolo, y aun no lo entiendo! En verdad que eres extraña Caroline!”-Dijo sacudiendo un poco la cabeza como gesto de resignación.
-“Claro que no es verdad! Las veo igual que como lo hago con el resto de mis compañeras!”-Le respondí tratando de ocultar mi extraña preferencia y mi nerviosismo innecesario.
-“Claro que lo es!”-dijo con una malévola sonrisa tratando de hacerme desatinar.-“Pollini te gusta y lo sabes!”
-“Claro que no! Además cállate que te puede escuchar y pensar que es verdad!”-Le dije aun negando y con el ceño fruncido.
-“Ah si? Pues entonces pruébalo! Compruébame que no te gustan las chicas! Hazlo!”-Dijo en forma de burla.
-“Eso es estúpido! Como carajos quieres que te lo demuestre? Anda dime como, niña tonta!”-le dije a la defensiva.
-“Con el!”-dijo mirando al profesor Andreu quien entraba por la puerta.-“Tíratelo!”-dijo con un gesto sínico.-“Cógetelo! Es la única forma que me lo demuestres, ó que le sacas?”-murmuró riendo, ella pensó que yo sería una cobarde y que me negaría a hacerlo. Pero yo odiaba que me subestimaran y mi estúpida y agrandada vanidad no me permitiría negarme. Además el profesor era muy guapo, así que termine aceptando.
El maestro de arte llego y le dio a cada una un caballete y un par de pinturas de acrílico, pinceles y otros materiales de la bodega.
-“Hoy la clase será de expresión libre, pintaran lo que surja de sus mentes, lo que les agobia, perturbe o lo que amen!”-dijo Andreu con el peculiar encanto que le caracterizaba.
Yo había tomado el caballete y un pedazo de carboncillo, aun no sabía que era lo que pintaría. Las demás muchachas ya habían comenzado a pintar y yo solo miraba el papel en blanco y trataba de concentrarme en lo que haría aun sin idea alguna.
-“Te puedo ayudar en algo?”-preguntó la voz ronca y varonil de Andreu detrás de mi.
-“Sí. Pero es que no se dibujar nada en absoluto!”-Le mentí. Era una gran dibujante , mas no una gran mentirosa! Pero por lo menos podía sonar en forma muy convincente cuando me lo proponía.
-“Y que es lo que quieres dibujar?-dijo clavando sus profundos ojos miel verdosos en mí.
-“Quiero dibujar un ángel de ojos verdes y labios seductores!”-le respondí con una sonrisa coqueta mirando sus labios.
El también rió y tomó mi mano contra el papel, tratando de enseñarme a dibujar el ángel que le había dicho. Sentí su mano fría sosteniendo la mía, pude ver de reojo su perfecta y respingada nariz y sus sensuales y finos labios que llamaban por mí.
-“Profesor.”-lo llamo una chica desde el otro extremo del salón.-“Puede ayudarme con una mezcla de colores?, por favor.”
El asintió y se inclino un poco hacia mi.-“Ahora prosigue tú con el dibujo.”-dijo guiñándome un ojo.
Proseguí a continuar mi dibujo, sobre el boceto que el me ‘me había ayudado a hacer’ y empecé a dibujar cada detalle de las alas. Camine hasta la repisa que contenían todos los frascos de pinturas en la pequeña bodega del salón, tome el azul y el negro y empecé a mezclarlos. Y de pronto sentí a mi lado presencia que me inquietaba, era ella, la hermosa chica de cabello castaño de pie junto a mí. La mire y le sonreí dulcemente. Ella no hizo lo mismo, solo me miró fijamente. Y sentí como su mirada como si me hubiera enterrado un cuchillo de desprecio en el corazón, y después me ignoró. No entendía nada de lo que sucedía, yo no nunca le había hecho nada para que me odiara, sin embargo lo hacía. Y eso me dolía, por que ella me gustaba mucho.
Terminé de pintar mi dibujo. Y cuando sonó el timbre y la clase de arte hubo terminada dejamos nuestras pinturas a que se secaran y salimos del salón.
-“Trajiste los cigarro como te dije?”-Me preguntó Anne, y yo asentí con la cabeza.-“Yaay! Que bien! Por que sigue literatura con la amargada de ‘Watson’ y no quiero verle la jeta hoy!-dijo sonriente.-“Escondámonos en los viejos baños allí no entra nadie”- murmuró riendo.-“No, después de las ridículas leyendas que se rumoran acerca de ellos!”
-“Que leyendas!?”-le pregunté mientras caminábamos por los pasillos, dirigiéndonos a aquellos baños.
-“Ya sabes las típicas que todas las escuelas tienen! “-Respondió ella con simpleza a mitad de camino.-“En esta se rumora que se aparece el fantasma de una chica, unas cuentan que es el de una muchacha que se suicido de tristeza en los baños, por que le dieron la noticia de que sus padres habían muerto en un viaje al extranjero. Otras tantas dicen que no se suicido, más bien que un conserje la había violado y matado allí. Pero yo creo que son viles estupideces que niñitas taradas inventan!”-dijo entrando por la puerta de los baños en los que yo ya había estado el primer día en que llegue. Había presenciado algo realmente raro en esos baños aquel día, pero mi ego era lo bastante grande como para decirle lo que me había sucedido adentro, después de todo ella no lo creería y solo pensaría que soy otra más de esas niñitas bobas y miedosas que se la viven inventando ese tipo de cosas.
Sacó una caja de cerillos de uno de los bolsillos de su falda y tomo un cigarro de la cajetilla que había puesto sobre los lavabos. Encendió su cigarro y yo el mío. Parecía que estaba disfrutando aquel vicio mucho más que yo.
-“Se rumoran muchas leyendas acerca de este internado, como la del ‘Laberinto de las Rosas’! Ya te sabes esa!?-me preguntó exhalando de su cigarro. Le respondí que no negando con la cabeza.-“Pues bien, dicen que mucho antes que esto fuera una escuela, era el castillo de un viejo marqués y de su hija. Y que les ordenó a sus criados construir un laberinto inmenso hecho con rosas en honor a su esposa, quien llevaba ese nombre y que había fallecido al dar a luz. Todo comenzó en el cumpleaños dieciséis de la hija única del marqués. La fiesta fue a lo grande, pero en medio de esta se dieron cuenta que faltaba la festejada. Pasaron horas buscándola por todas partes, solo faltaba un lugar en el que no la habían buscado. Ese lugar era ‘El Laberinto de las Rosas.’ Entró una multitud muy grande de personas en busca de la joven, de la cual solo lograron salir menos de la mitad. Por que el laberinto era tan grande que los demás solo lograron perderse entre la oscuridad, el frío y la niebla. Las personas que salieron lo hicieron por pura suerte, y relataban los horrores que habían vivido en los adentros. Cosas demasiado horribles como para no salir vivo, ni cuerdo. A la mañana siguiente se realizo una expedición para encontrar al resto de las personas que no habían regresado, incluso seguían buscando a la hija del viejo marqués. Pero no encontraron a nadie, ni vivo ni muerto. Ni siquiera había un final para el Laberinto. Solo habían encontrado huellas de sangre. El marqués mandó a la horca a los lacayos que lo habían construido acusandolos de brujeria. Y desde ese día el castillo fue puesto a la venta, por el marqués ya que no quería seguir conservando los malos recuerdos de la desaparición de única y quería hija, y también pusieron una verja para que nadie cruzara hacia el otro lado del laberinto. Dicen que aun se pueden ver las caras y escuchar los gritos de aquellas personas si te acercas lo suficiente a la verja! Y que si entras te amparara el mismo destino. Pero yo creo que con mentiras que dicen para tratar de atemorizar a las alumnas y que no entren!”-Dijo Anne aspirando de su cigarro.
Estuvimos en silencio como por cinco minutos hasta que escuchamos los pasos de alguien que se acercaba por el corredor. Anne rápidamente apagó su cigarro, lo tiró en el lavadero y me empujó adentró del segundo cubículo, asegurando el pasador de la puerta.
Volteó el cesto de basura y se subió a el, mientras a señas me dijo que me parara en la taza del baño, me tapó la boca y ambas guardamos silencio.
Vimos pasar corriendo una sombra por debajo de la puertecilla, y se escucho el azotar de la puerta del cuarto y ultimo cubículo. Inmediatamente hizo presencia el sonido de unos tacones, que daban elegantes y largos pasos que revisaban en el primer cubículo. De seguro alguien nos había delatado y por eso habían ido a buscarnos al baño. Anne apretó más su mano contra mi boca y contuvo la agitada respiración. Extrañamente los pasos pasaron por alto en donde nos encontrábamos y se dirigieron directamente al cuarto cubículo. Se escucho el abrupto sonido del llanto horrorizado de una chica cuando la última puertecilla se abrió al mismo tiempo que fue acallado por el aplomo de un fuerte golpe.
Después de los extraños ruidos hubo un largo minuto de silencio.
Me baje de la tapa del baño y abrí la puertecilla, no había ni un solo rastro de haber entrado nadie aparte de nosotras. Anne se bajo del bote de basura y corrió enojada hasta el ultimó cubículo, abrió la puerta de una patada y aterrada entornó los ojos vidriosos hacia mi al no haber nadie allí adentro.
Última edición por Mademoiselle_Mysterio el Miér 08 Oct 2008, 16:40, editado 3 veces
Mademoiselle_Mysterio- Barón de Montesquieu
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Edad : 32
Localización : En el reino de los cadáveres
Fecha de inscripción : 13/05/2008
Re: “Les Labyrinthe des Roses.”
Chica, te mandé un mensaje privado!
Leelo & me dices qué tal! ^^
Leelo & me dices qué tal! ^^
Jean Arz- Homero
- Cantidad de envíos : 8
Fecha de inscripción : 28/08/2008
Re: “Les Labyrinthe des Roses.”
wOw...¡ me gusta cmo escribes, esta genial, deberias seguir publicandola ^^
Adelaide.- Barón de Montesquieu
- Cantidad de envíos : 30
Fecha de inscripción : 30/09/2008
¿qué pasó?
Si, adivinaste, soy yo.
Y si no, pues ya sabes.
Por fin tuve tiempo de leer la novela. está muy buena , pero ¿porqué anne tiene que ser tan castrosa?...¬¬
La verdad es que posteo porque me tienes algo preocupada, a lo mejor soy demasiado fría o distraída y es como muy tarde ahorita preguntar qué pedo contigo... pero es sólo para que veas que no lo paso de largo. A lo mejor es lo de eso que me contabas día a día pero no sé, a lo mejor te hizo darte cuenta de que no tenía sentido nada de esto.
Me puse a leer Heaven help Us, xD, recordando todas esas perversiones, no me atreví a leer Kill All Your Friends desde el principio, me haría sentirme muy nostálgica y triste...
Bueno, vovliendo a Heaven Help us... le comenté como en broma la trama de la historia a, a alguien... un bien amigo, le encantó. Dijo que si lográbamos terminar la historia, así como la terminaste, pero si lo hacíamos juntas, una historia corta la verdad es, pero si se alargaba dijo que él nos ayudaría a...
Será mejor que no diga nada ahora, es mejor hablar directamente, pero es algo genial, y necesito necesito que te reportes, y no creas que no te extraño, carolinita.^^
Espero que no te pase nada terrible demasiado pronto :]
so long...+.+
Y si no, pues ya sabes.
Por fin tuve tiempo de leer la novela. está muy buena , pero ¿porqué anne tiene que ser tan castrosa?...¬¬
La verdad es que posteo porque me tienes algo preocupada, a lo mejor soy demasiado fría o distraída y es como muy tarde ahorita preguntar qué pedo contigo... pero es sólo para que veas que no lo paso de largo. A lo mejor es lo de eso que me contabas día a día pero no sé, a lo mejor te hizo darte cuenta de que no tenía sentido nada de esto.
Me puse a leer Heaven help Us, xD, recordando todas esas perversiones, no me atreví a leer Kill All Your Friends desde el principio, me haría sentirme muy nostálgica y triste...
Bueno, vovliendo a Heaven Help us... le comenté como en broma la trama de la historia a, a alguien... un bien amigo, le encantó. Dijo que si lográbamos terminar la historia, así como la terminaste, pero si lo hacíamos juntas, una historia corta la verdad es, pero si se alargaba dijo que él nos ayudaría a...
Será mejor que no diga nada ahora, es mejor hablar directamente, pero es algo genial, y necesito necesito que te reportes, y no creas que no te extraño, carolinita.^^
Espero que no te pase nada terrible demasiado pronto :]
so long...+.+
Milady- Julio Cortázar
- Cantidad de envíos : 79
Edad : 31
Localización : Mazmorras
Fecha de inscripción : 30/04/2008
Re: “Les Labyrinthe des Roses.”
hi :O:O
la verdad esta muy bueno...
y me quede O.O cuando vi que una de las protagonistas era amiga mia...y su mejor amiga...es la mia xDD
siguelo
la verdad esta muy bueno...
y me quede O.O cuando vi que una de las protagonistas era amiga mia...y su mejor amiga...es la mia xDD
siguelo
Re: “Les Labyrinthe des Roses.”
12 años después, preguntándome que sería de tu vida Carol terminé regresando a este foro con la ilusión de encontrar algún correo para ubicarte. Paso mucho tiempo y me gustaría saber que es de tu vida. Quizás algún día te pase como a mi y te topes con este mensaje. Escríbeme aun conservo el mail de mcr...
PD: Milady también me preguntaba quería de tu vida, también me gustaría contactarte. Saludos espero que ambas estén bien.
PD: Milady también me preguntaba quería de tu vida, también me gustaría contactarte. Saludos espero que ambas estén bien.
OnixBloody- Anne Rice
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Edad : 31
Localización : En los rincones de mi imaginación..
Fecha de inscripción : 18/05/2008
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