El Mejor Postor

EL MEJOR POSTOR

¿Alguna vez has sentido que cuando estas mal todos tus problemas se vienen hacia ti?
Si la respuesta es un “si”, bienvenido al planeta tierra, esa es la primera regla de la vida: Sufrir
Si respondes un “No”, muy seguramente estas en un lugar equivocado, y eres alguien….equivocado.

Yeyé, una joven con 19 años 9 meses y 25 días, no era alguien equivocado en un lugar equivocado, de hecho era un ser tan perfectamente creado para recibir las bofetadas de la vida, que termino naciendo en un país como Colombia, donde nacen muchos y se crían pocos, donde desde que das tu primer paso estas emprendiendo una sola carrera: Sobrevivir.

Sobrevivir es la palabra que estaba buscando para comenzar esta historia, Yo sobrevivo, tu sobrevives, el sobrevive, nosotros sobrevivimos, vosotros sobrevivís, ellos sobreviven y me es necesario decir “Ella sobrevive”.

No es ella, es Yeyé la que ha tenido que buscar las formas de sobrevivir, pues cuando vives en un entorno donde la crítica es inevitable y aumenta día a día, con unos padres que muy poco te comprenden, y sin una mano que te asegure dinero cada vez que pasas tu tarjeta por el cajero, es muy difícil mantenerse en pie, sin quejarse, sin decir nada.

Su padre, alguien que vive en lo que sarcásticamente llamamos “su mundo”, es un hombre a quien la etapa de madurez no le llego, y que si fue así, el se inclino y la dejo pasar sin que le diera un buen golpe en la cara para mantener los pantalones en el sitio que corresponde.
―Cambia eso Frank, no quiero ver reportajes con este guayabo― Gerard me hablaba desde el otro extremo del sofá, mientras yo veía en la televisión un programa porque me había llamado la atención la reportera
―No fastidies Gerard, quiero ver qué pasa con “yeyé” ― respondí mientras hacía comillas en el aire y tomaba otro analgésico para el dolor de cabeza
― ¿Desde cuándo te importa la vida de la gente?, no será mejor que estas esperando para ver si “la reportera” se da la vuelta y le puedes ver algo tras su pequeña falda― Me dijo riéndose, mientras se acostaba cómodamente en el sofá ―En tal caso yo esperare también, si tengo suerte estoy seguro que se le caerá ese lápiz con el que tanto juguetea y tendrá que recogerlo― Dio su ultima risa picara y clavo los ojos en el televisor
―Ya cállate, y déjame oír― Añadí tirándole un cojín en la cara.

La habitación se quedo en silencio, así que me concentre nuevamente en la pantalla y a diferencia de lo que Gerard decía, que tenía algo de verdad por cierto, también estaba prestando atención al reportaje de la joven.
» Debido a todas estas situaciones, la protagonista de esta historia, para no verse doblegada ante un mundo al cual asegura odiar, se vio enfrentada a una realidad que no garantiza felicidad, pero que puede resultar muy eficaz.

Es impresionante la forma en cómo la tecnología avanza en nuestros días, y más aun como la internet se ha introducido en nuestras vidas sin querer salir. La utilizamos para cosas tan simples como buscar una palabra, hasta casos extremos como venderte al mejor postor.
― ¡Waouu! ¿Quién se va a vender?, yo compro esa reportera― Gerard se había levantado del sofá al decir eso
―Siéntate de una buena vez Gerard, controla tus hormonas― Le dije mientras le lance el control para pegarle sin ningún éxito.

Era difícil convivir con los chicos de la banda y especialmente con Gerard que era un poco emocional, resultaba ser el más arduo de todos los cuatro, aunque cuando estaban juntos eran el infierno en vida, para mi suerte los demás seguían dormidos pues habíamos tenido una fiesta la noche anterior, razón por la que todos teníamos un dolor de cabeza impresionante, y por la que estaba viendo la televisión tratando de distraer el cerebro y ganarle a la jaqueca.

» En esta curiosa página de internet que se hace llamar déjà vu* Es donde se exhiben unas cuantas fotos de este personaje, la cual asegura ser perfeccionista y que además está convencida de encontrar a alguien que le pague el dinero suficiente como para solucionar sus problemas.

Todo esto a causado polémica entre la gente pero no existe ninguna ley donde se mencioné este actuar como ilegal, así que mientras cada uno de nuestro televidentes se molesta por buscar soluciones desesperadas a sus dificultades, Yeyé solo está esperando para hacer un Click a quien considere su mejor postor.

Este fue el reportaje de nuestro fin de semana, no olviden que en away weekend recibimos sus opiniones a través de nuestra página de internet. Quien informo para ustedes Analia Calaway.
Tome rápidamente la agenda de teléfonos y una pluma para escribir el nombre de la página de internet donde según el reportaje se daba información de Yeyé, y de igual forma copie el nombre de la reportera, por si todo resultaba ser una farsa o una broma de mal gusto.

―No me digas que piensas buscar a la chica― Apunto Gerard apagando la televisión
―No es malo ser curioso ¿o sí? ― Dije dirigiéndome a buscar las computadora
― ¿Y para que copiaste el nombre de la reportera?
―No te importa
―Claro que si, ¿te acompaño?― Me siguió hasta sentarse a mi lado, tuve ganas de darle un buen golpe en el estomago pero podría servirme de ayuda, igual el también había visto y escuchado lo mismo que yo y no sería tan indiferente a la situación.
―ok, pero te quedas callado― Le advertí
― ¿Qué pasa si la chica es linda? ― Pregunto mientras yo buscaba la pagina en el ordenador ― ¿La comprarías?
―Es posible― Concluí

En la pagina apareció la foto una chica baste linda, con un cuerpo perfecto para su edad, con la perfección puesta por todas partes y con una cara que dejaba leer “Soy virgen y te estoy esperando por ti”.

― ¡Cómprala! ― me insistió Gerard cuando la vio
―No― dije mientras habría una ventana para escribir un correo a la reportera, la verdad era que yo solo quería ayudarla sin aprovecharme de ella
―Entonces yo lo hare― sentí un empujón, y vi como Gerard se sentaba frente a la computadora para hacer la compra como si se tratara de una nueva pantalla plasma.
―Gerard no tienes por qué ser así― Dije algo molesto
―Listo ahí está, ya hice petición ¿Crees que me aceptara? ― insistió el un tanto emocionado
―Espero que no, voy a bañarme
―Te quiero ver el día que ella esté aquí… ¡es mi regalo de navidad, es tu decisión si me la dejas solo a mí! ― dijo levantando la voz para que pudiera oírlo.

Cerré la puerta del baño y antes de quitarme la ropa escuche como Gerard grita de alegría ahí afuera, sentí un poco de culpa por haber dejado la televisión en ese canal, así que solo abrí la ducha para no escuchar ese fastidioso grito de “Me acepto”.

Cuando Salí del baño y me encerré en la habitación para no tener que participar en ninguna conversación que me causara mas remordimiento del que ya tenía, busque las pastillas de dormir y tome la cantidad suficiente que me mantendría dormido hasta el día siguiente sin interrupciones.


Cuando desperté al día siguiente eran las 6 de la tarde, busque a los chicos en la casa pero no los vi por ninguna parte, entonces fui a tomar una ducha, Salí envuelto en una toalla y cuando pretendía entrar en mi habitación me encontré con una sorpresa que jamás hubiera imaginado.

― ¡Vaya!, mejor de lo que me comentaron― Me dijo Yeyé que se encontraba acostada en mi cama con unas prendas bastante chicas y bastante traslucidas, mientras se mordía los labios
―Yo… ahh― La mente me quedo en blanco, y no supe ni que decir, todo eso debía ser obra de Gerard, entonces ella se acerco y comenzó a besarme mientras bajaba una de sus manos por todo mi pecho y abdomen
― ¡Espera, esto no es lo que parece, yo no quiero…― Mi voz se quebró cuando sentí caer la toalla y unas calientes manos tomaron mi miembro
―Creo que tu amiguito no piensa igual― Me dijo mientras me empujaba a la cama

Tratar de parar las cosas en ese punto era más que imposible así que decidí olvidarme de la figura inocente que tenia grabada en mi mente de aquella chica, también me olvide de mi culpa y hasta me arrepentí de no haber pagado por ella pues la estaría disfrutando aun mas.
Mordí sus labios y me asegure de que ningún lugar de su suave cuerpo se quedara sin el roce de mi lengua, eso parecía excitarla más de lo que ya se encontraba y entonces conseguí algo que me hizo sentir dueño de la situación por completo ― ¡vamos hazlo ya! ―, eso no era una opinión, solo era una súplica que me hacia desesperadamente, entonces baje mis manos por su entrepierna para poder tomar una posición cómoda en ella, sus gemidos rebotaban contra las paredes y fue entonces cuando empujé mi pelvis contra ella y la penetre.
Un gemido mayor se escucho y comprobé que yo era el primer hombre en hacer eso, lleve mi lengua dentro de su boca mientras con mis manos me apoderaba de sus senos y su trasero, era tan sensual que me hizo sentir totalmente satisfecho cuando termine.

No dije nada, pues en mi mente aun continuaba la imagen de su cara gritando mi nombre en voz entrecortada, voltee mi cara hacia ella y vi como se escondía bajo la sabana…sentí en ese momento unas manos alrededor de mi pene aun erecto y una lengua que se deslizaba ágilmente sobre el haciéndome ir del infierno al cielo en un instante.